LOS RECORRIDOS QUE ESPERABAS

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LOS RECORRIDOS QUE ESPERABAS

jueves, 10 de septiembre de 2015

LA LARGA MARCHA POR EUROPA


Dos parejas nos animamos a hacer un recorrido por Europa con nuestras autocaravanas y para ello hicimos un plan de recorrido con la sana intención de flexibilizarlo unos 500 km a la derecha o a la izquierda.

La verdad es que en la subida hasta Copenhague fue siguiendo +/- lo previsto, fue a la bajada cuando nos liamos la manta a la cabeza con el resultado que vereis.
Esta entrada en mi blog la voy a ir redactando poco a poco, segun el tienpo disponible, e incluyendo las aportaciones y correcciones del resto del equipo viajero.

Primer dia, 18 de julio

Salimos de Zaragoza sobre las 11h, desde  la rotondda próxima al antiguo Aldi de Utebo. Alli habíamos quedado despues de los correspondientes repostajes y preparativos. Hicimos la foto de rigor y empezamos con ilusión un viaje que esperábamos largo, pro quizas no tanto.
Este día era iba a ser didicado a avanzar lo más posible hacia el norte, pero sin pasarse. Comimos en un área de autopista francesa de camino hacia Burdeos y pasamos la noche en un área de autocaravanas próxima a La Couronne, al sur de Anguleme.







19 de julio

Salimos temprano, despues de hacer las labores del buen caracolero. Ruteamos hasta Montbazon, un área pequeña próxima un camping muy bonito y en un entorno estupendo. Buena comida, pequeña siesta y salimos hacia Charteux. Aparcamos cerca del centro histórico a orillas del río y dimos una vuelta por el centro, visitamos la catedral y hasta oímos a una coral de Whasington DC que daba un recital en la misma.
Dormimos en una de las tres áreas de autocaravanas de Chartreux, próxima a un estanque y área verde, todo muy preparado para el ocio de los ciudadanos. Junto a nosotros quedaba un Poney club y unos centros de equitación con unos caballos preciosos.            

        

Día 20 de julio

A la mañana siguiente paseamos un rato por el estanque y cotilleamos un poco por las cuadras del centro ecuestre. Ya en ruta pasamos por Dreux, Evreux y Rouen, todos presumían de grandes y lustrosas catedrales. Habrá que volver a esta zona en alguna ocasión para dedicarle más tiempo, vale la pena. Ahora el objetivo estaba más arriba. Pasamos también Abbeville, Boulogne su Mer y paramos antes de Ambeleuxe, en una granja que encontramos por casualidad costeando. La granja reunía todas las condiciones para no irse en unos días, buena pradera, vistas al mar del Norte, gallinas con flequillo muy curiosas y buenas vacas. Allí nos hicimos una buena cena y a dormir. Hasta ahora hemos tenido suerte y casi todas las comidas y cenas las hemos podido hacer al aire libre.



Día 21 de julio

Nos quedamos en la zona con intención de descansar, pero no, sacamos las motos y recorrimos hasta 140, visitando lo que nos apetecía. Llegamos hasta la ciudad fortificada de Gravelinas, muy recomendable para visitar, una ciudad española en la época de los Tercios de Flándes. De camino visitamos Calais donde destaca su ayuntamiento, Cabo Gris Nez y el Cabo Blanc Nez en el que se levantó un gran monolito en recuerdo de los aliados caídos en la I GM. Todo el camino está plagado de fortificaciones alemanas de la II GM y algunas del Ingeniero francés Vauvan (S XVI). Toda la costa en general es preciosa.






  






 




Día 22 de julio

Una mañana tranquila, paseamos por Wimereux, compra de "mules" (mejillones) y pollo asado, y vuelta por la playa y fuerte de Ambeleuxe hasta la autocaravana. Comimos en la granja donde seguíamos estacionados y, tras una corta siestecita, salida hacia la costa de Ostende. Las condiciones no eran muy apropiadas para estacionar por allí. Así que, tras unas cuantas paradas para ver los paisajes, decidimos llegarnos hasta Brujas donde, tras investigar las posibilidades, paramos en un área de autocaravanas dividida en dos por una calle, con buenos servicios pero cara (+/- 25 Euros). Cena y a la cama.



            




Día 23 de julio

Todo el día por Brujas, Iglesias, calles, callejuelas, canales, plazas, bici y más bici. Estupendo chocolate, mejor cerveza....Todo muy bonito y todo muy apetecible. Desde el área de autocaravanas en 10´ en bici estábamos en la plaza del Ayuntamiento. Comimos en un rinconcito muy agradable y seguimos la vuelta en bici visitando los famosos molinos de viento situados a la orilla de un canal y la capilla de la Sagrada Sangre, esplendorosa por fuera y sencilla pero bella por dentro.

Volvimos al área de autocaravas y emprendimos la marcha hacia Gante. Ante las experiencias contadas por otros autocaravanistas, decidimos ir a un camping que está antes de llegar, en una carretera local a la derecha de la autopista (no está muy bien señalado pero se llega). Estaba bastante bien, hicimos las labores de carga y descarga y nos empleamos en una buena cena bajo las estrellas y a la cama pronto para aprovechar al día siguiente la visita a la ciudad.

























Día 24 de julio

Nos levantamos temprano para ir en moto a la ciudad, estamos a unos 13 Km. La visita a Gante resulta sorprendente ya que no es una ciudad tan mencionada como Brujas o Bruselas. Nos tocó un día un tanto desapacible, hasta ahora por la costa norte habíamos tenido de todo un poco, lluvia, viento y sol y a pesar de todo nunca dejamos de ver y disfrutar de todo como sufridos turistas. La ciudad es preciosa, la catedral es impresionante de verdad, la altura de su nave central es de lo nunca visto. En muchos rincones te imaginas a Felipe el hermoso y a su esposa nuestra reina Juana. Gante es una muestra del esplendor de los Paises Bajos en aquella época. Volvimos al camping para recoger y salir hacia Amberes (Antwerpen). En este viaje decidimos no ir a Bruselas y dejarlo para una visita temática.

Buscando sitio para estacionar y después de una vueltas nos colocamos en un área indicada en el Tom-Tom que resultó ser estupenda. Era un parking gratuito grandísimo y poco ocupado, situado en unos antiguos muelles fluviales, en un barrio de modo según dicen pero tranquilo. Cenamos bien, muy bien, en el exterior a la orilla de la ria, en pleno muelle abandonado, cava incluido pues era el cumpleaños de Pilar. Nadie nos interpeló, nadie molesto, los paseantes con o sin perritos saludaban educadamente y echaban alguna mirada envidiosa por el homenaje que nos dimos. Estábamos a unos 200 m de un bar-terraza, aun así nos tomamos unos gintonic en la nuestra.















                
    




Día 25 de julio

Desayuno suculento para aguantar la visita a la ciudad de Amberes andando. Dado el calibre del aguacero la visita fue rápida, pero la hicimos y disfrutamos pasados por agua, aunque bien equipados, de lo bonita que es también esta ciudad. Dignos de mención son la impresionante catedral, la iglesia de San Carlos Borromeo, la elegante y artística estación central, el zoo, la plaza mayor con sus casas (recuerdos de Tomas Moro y Erasmo) y callejuelas circundantes y el edificio del MUseo Aas de Stroom de piedra rojiza y cristal formado por una especie de contenedores y galerías. Desde este edificio, a medida que se va ascendiendo y cambiando de orientación, se van observando diferentes panorámicas de la ciudad y el puerto. No hacía día para alargar mucho la visita así que regresamos a la autocaravana.
Después de comer salimos hacia Vlisingen, en la costa. Esta vez pasamos de camping, por malísimos y apiñados, y aparcamos en una plaza en la parte norte de la ciudad, junto a la playa. El paisaje estupendo y el mar bravo como pocos y un tiempo de perros. Así que buena cena y a la cama.



















Día 26 de julio



Nos levantamos sin prisas, bajamos un rato a la playa para disfrutar de la vista del revuelto mar y preparamos la ruta. Recorrimos la costa oeste de esta antigua isla, hoy día unida al continente. Pasamos por Zontelande, Westkapelle, Dombur, Oestkapelle y Veer. Vamos pasando de peninsula en península por largos brazos de tierra o inmensos puentes hasta llegar a Rotterdam. A lo largo de toda esta costa también aparecen fortificaciones y monumentos conmemorativos de la II GM. Y, sin entrar al maremagnun de Rotterdam, nos dirigimos a Katwijk, en cuyas afueras dormimos en un parking de una zona verde en el que no se pagaba de 21 a 9 horas, estábamos prácticamente solos. Allí cenamos en una mesa de madera del lugar bajo la luna.


















                  











Día 27 de julio








Partimos hacia Amsterdam. Pesábamos parar en Haarlem, pero al final decidimos seguir hasta Amsterdam para llegar con tiempo de buscar un sitio de estacionamiento y poder hacer una primera salida a la ciudad.

Hicimos bien pues fue un lío conseguir algo de sitio entre campings completos y caros (29 a 36 Euros). Al final terminamos en un área de autocaravanas muy grande, situada en la orilla contraria al centro (21 Euros). La comunicación con el centro es fácil ya que el área está a unos 500 m. de un embarcadero. Los barcos son gratuitos y comunican los diferentes barrios de la ciudad situados a uno y otro lado del brazo de mar que penetra en tierra, en estos barcos se puede trasportar la bicicleta.

Comimos en el área y nos trasladamos en un barco a dar la primera vuelta y toma de contacto con Amsterdam. Volvimos sobre las 21 h. y después de una cena y tertulia a la cama.













 

































Día 28 de julio





Nos levantamos temprano desayunamos bien y salimos a la aventura de un día en Amsterdam en bici. Nos trasladamos con las bicis en el barco hasta la estación central.

Primero una vuelta grande por el canal más exterior de la zona centro, visitando todo lo que pillábamos, pero sin ansiedad. Después varias vueltas por los canales interiores y por calles y lugares como la plaza Dam, la estación central, el barrio rojo, etc. En definitiva una vuelta ciclista a Amsterdam completa, interrumpida por una rápida comida en un Kebab. Volvimos en barco a la autocaravana y procedimos al preceptivo secado, después de soportar una lluvia intervalada pero cansina. Después cena y preparación de la siguiente ruta hasta la población de Leer ya en Alemania.













Día 29 de julio



Hoy toca dar un buen salto en la ruta. Pero antes de empezar a correr pensamos ir a visitar un pueblo de pescadores llamado Marken que nos habían recomendado. Al llegar nos encontramos con la sorpresa de que la circulación estaba prohibida para coches y motos desde la única entrada al pueblo; ese no era el problema, pues podríamos ir andando, y además el municipio puede hacer uso de su competencia sobre la circulación en su población. El verdadero problema es que derivaban la circulación a un único parking en el que pretendían cobrar 12 Euros como tarifa plana, tanto si estabas una hora o dos de visita, como nosotros pretendíamos, como si pasabas 24 horas, incluso pernoctando. Nos parecio un robo a mano armada descarado y por lo tanto les dejamos que siguieran disfrutando de su soledad y tranquilidad. El caso es que no había manera de zafarse de esa encerrona porque no había forma de aparcar por ningún lado el vehículo hasta estar muy lejos de Marken.Luego entramos en Volemdam, un pueblo con puerto deportivo muy agradable y una serie de casas muy bonitas y ordenadas, todo como muy turístico. Pero en ese aspecto muy bien.Después nos dirigimos a Alkmaar pero pasando por las carreteras N 244, 509 y 243, con el fin de visitar los famosos molinos de viento. Desde Alkmaar nos dirigimos al puente de Afsluitdijk (ya empezamos von los idiomas antinaturales) de 30 Km. Sencillamente impresionante, con ese día lluvioso y con un viento fuertísimo quitaba el hipo recorrer esa distancia con el mar a la izquierda y a la derecha. En medio de ese puente-brazo de tierra había había un mirador de unos 20 m. de altura, desde el que se podía "disfrutar" de una buena vista y de un ventarrón de consideración. Comimos cerca del pueblo de Zurich y seguimos camino hacia Alemania pasando por Gromingen, hasta la pequeña población de Leer (Ostfriesland). Fuimos a parar a una pequeña área de un recoleto puerto deportivo, todo muy tranquilo y agradable.

























 Día 30 de julio


Madrugamos para hacer otro recorrido largo, hasta Flensburg, ya próximo a Dinamarca. Salimos dando un pequeño recorrido por Leer, un pueblo muy agradable que cuenta con bastantes posibilidades para los autocaravanistas.

En el camino pasamos Oldemberg, Bremen, Hamburgo, Neumünster y Rensburg. Las autopistas alemanas están muy bien, cada dos o tres áreas de descanso o de servicio hay una que, además de los servicios normales para el automovilísta, hay servicios para autocaravanas.


Comimos en una de esas áreas, en el exterior, en una mesa de madera entre sol y sombra; comida alemana típica: salchichas grandes y cerveza. Hubo suerte de que no lloviera, porque desde Amberes llevamos una buena mojada.



En Flensburgo estacionamos en una zona para autocaravanas que no tiene ningún servicio, pero es libre y está en la orilla de un brazo de mar, con buenas vistas. Alli tomamos el primer contacto con daneses. Intercambiamos información sobre Dinamarca y vino español.

















Día 31 de julio




Salimos de la zona de estacionamiento, aparcamos en el puerto e hicimos un recorrido por el centro de Flensburg. Hicimos algunas compras, algunas muy marineras, Nicolas y Pili se compraron una cojo-botas de agua porque llevábamos bastantes días con lluvias y pronosticaron que a partir de entonces dejaría de llover, acertaron. Y nos dedicamos a disfrutar de la belleza y el ambiente de esta villa marinera a orillas del Báltico. En su puerto había unos estupendos barcos veleros de madera y de hierro que serían la envidia de cualquier maestro de la vela. Por los muelles deambulaban personajes de piel curtida y gesto duro, marineros avezados extrañados de ver turistas por esos muelles. Flensburg es una ciudad en la valdría la pena quedarse a vivir.

Salimos hacia Kolding, ya en Dinamarca, y Fredericia por donde atravesamos un largo puente hasta la isla donde se encuentra Odense. Después en Nyborg atravesamos otros dos puentes y una islita intermedia (23 Km). Llegamos a Halsskov y atravesamos la isla a toda velocidad hasta Copennague.


Allí, tras un par de intentos infructuosos de estacionar en buenas condiciones, conseguimos una maravilla de de hueco en el parque de Charloten Fort. En ese lugar hay un camping (35 Euros), dentro del fuerte de una antigua batería de artillería de costa, pero estaba completo para autocaravanas del tamaño de las nuestras, asi es que nos quedamos en el parking del parque con toda tranquilidad y nadie nos molestó en tres días. Era una zona privilegiada, estabámos a 7 Km. del centro, con la playa a 100 m. todo verde, arbolado, con unos servicios limpios y muy cuidados, un par de chiringuitos muy tranquilos y el interesante fuerte a nuestras espaldas.






























                











Días 1, 2 de agosto





Primera salida por Copenhague, en bicicleta y andando. Recorrimos una buena parte de la ciudad, nos dimos una buena paliza de bicicleta aunque todo era muy llano y la convivencia peatón, coche y ciclista es envidiable, la filosofía es dar preferencia siempre al más débil. Así las siguientes salidas las hicimos en moto y de esa forma en los dos día y medio visitamos prácticamente todo como podréis ver en las fotos. Es una ciudad muy agradable y acogedora, la gente amable y extraordinariamente cívica. Un poco cara pero vamos, excepto para las bebidas alcohólicas, tampoco era para tirarse de los pelos si comparamos con algunas zonas de Barcelona, Madrid o San Sebastián. Las tres noches permanecimos en el mismo estacionamiento ya que en el Camping próximo seguía sin haber plaza para nuestras autocaravana. Nadie nos molestó, la policía solo pasaba para comprobar que estábamos bien, esa es una de las grandes diferencias con muchas zonas de España en las que cualquier mindungui te envía a los guardias de turno para espantarte o multar te. Lo único que hay que hacer es saber estar, es decir, no tirar nada fuera, no sacar toldo, etc y usar los servicios que están a disposición y en buenas condiciones. La zona era un parque estupendo en el que familias árabes celebraban su fiesta del cordero aprovechando barbacoas fijas (lo dejaban todo inmaculado), otros instalaban su tienda de campaña para pasar la noche.... El camping estaba instalado en el interior de una antigua batería de artillería de costa aprovechando todo el patio jardín, en la parte superior había un restaurante con unas vistas envidiables al Báltico. Por cierto me di un baño en ese mar, fresquito estaba pero era un reto que había que superar.
Como podéis imaginar estuvimos por el centro comercial, los diversos y maravillosos palacios, el botánico, la curiosa "Cristianía" (barrio hipy en el que no se podían hacer foto con libertad y muchos de los vendedores de todo tipo de sustancias flipantes iban tapados hasta las cejas, curioso espacio libertario con artesanía de todo tipo y tipos muy curiosos), la famosa (y pequeñita) Sirenita, la magestuosa catedral, el relevo de guardia real....Un agradable momento de descanso tomando un gintonic (curiosamente no mas caro que en nuestra tierra) lo pasamos  en el hotel Admiral, en cuya parte trasera estaba un gran muelle con barcos veleros de madera preciosos y una terraza bar del hotel que era un verdadero relax del esforzado turista. Pero no me voy a extender porque para eso tenéis la guías turísticas y además es bonito descubrir por uno mismo.
A partir de Copenhague la ruta trazada era subir hasta el cabo más al norte de Dinamarca y luego ir bajando tranquilamente por Alemania y Francia, pasando por Heidelberg, Estrasburgo... hasta la costa francesa y a casa. Pero con la flexibilidad que nos caracteriza decidimos cambiar el rumbo hacia Berlin. y una vez allí ya veríamos.


 


              


             


          


           


          


          


          
            


              


           


             


          


                


                   


          


               


               


                  




                 


             


            


              


             


          


      


           


          


       


          


         


           


          


    




                                     




             


               


               


            


             


       


                 


                        




Dia 3 y 4 de agosto

Salimos de Copenhague hacia el largo puente que lleva de nuevo a la península, para pararnos en el peage con la intención de recuperar dinero cobrado indebidamente a la ida (error de clasificación de vehículo), lo logramos con la sorpresa de que la respuesta y devolución fue inmediata, sin mediar reclamaciones, recursos ni puñetas, solo un poco de esfuerzo en inglés. Seguimos hacia la costa oeste de Dinamarca, parándonos en cualquier sitio que nos parecía interesante y bonito. Pretendíamos dormir en un área de Ribe pero como estaba muy llena nos buscamos la vida en un parking absolutamente vacío de un restaurante a orillas del mar del Norte, tras un imponente dique. Pasamos buena noche tras un paseo por el dique y el canal próximo, dormimos muy tranquilos y a la mañana siguiente un empelado del restaurante, a una hora muy apropiada, nos dijo de una manera educadísima y casi con verguenza que era una zona privada. Bueno, ya estábamos recogiendo para ir a visitar Ribe. Pueblo muy bonito, recomendable para visitar, con museo y una zona portuaria con barcos estupendos, vikingos y normales, así como unos talleres en los que se podía ver el proceso de construcción naval vikinga con madera de la zona. Comimos en un área de autocaravanas próxima al pueblo y nos dirigimos a Tonning (Alemania) donde dormimos en un área muy preparada que costaba 12 Euros, pero con lavadora y secadora, y unas extraordinarias vistas al gran río Eider.



             

               


                

                

                


                    

                

                

            

                

                  

                   

               

                 

               

                  

          

            

                    

      

          

                 

Dia 5 de agosto

Salimos de Tonning, con la colada hecha, descansados y preparados para los 345 Km que nos esperan y para pasar por Hamburgo donde esperamos algo de atasco. Y así sucedió una hora de circulación lenta por la circunvalación de la ciudad. Durante el recorrido observamos que hay muchas carreteras, tanto en Alemania como en Holanda y Dinamarca, en las que hay una vía para bicicletas durante muchísimos kilómetros, de hecho unen unas poblaciones con otras. Llegamos a Berlín ya al anochecer y con la suerte de entrar en el área de autocaravanas justo cuando estaban cerrando. Estaba en las afueras de Berlín pero resultó bastante bien de servicios y sombra, cosa que se agradeció porque los días que pasamos en Berlín la temperatura llego a los 38 grados. Costaba 17 euros la noche, pero de las tres noches nos cobraron solo dos ya que la noche que llegamos no había nadie de administración y no nos controlaron hasta el día siguiente.

                      
                                                                                          

Dias 6 y 7 agosto

Pasamos dos intensos día en Berlín, haciendo recorridos en moto, tranvía, andando y con una agradable temperatura de hasta 39 grados. Los berlineses no se lo creían, estaban enloquecidos de calor además, como no están acostumbrados a estos calores,no suelen tener aire acondicionado en bares y restaurantes. A pesar de todo nos beneficiamos un buen codillo y visitamos un montón de monumentos y lugares históricos como podréis ver en la fotos. Impresionantes la catedral, el parlamento, el palacio real, Alexander Platz, etc Y estremecedores los recuerdos y monumento al holocausto y las ruinas del vergonzoso muro. Por suerte las noches eran frescas y podíamos dormir con tranquilidad.

            

             

             



                    

       

                



             

             

              

              

             

  

           


             

   

           

                                

          

             

         

 

                      

           

               

           

              

              

          

              

          

       

       

          

           

          

          

        

       

   

















Dia 8 agosto

Salimos de Berlín en dirección a Dresde, con intención de llegar a Praga (354 Km). A la entrada a Chekia se paga un visado para uso de autopistas que sale bastante barato. Vale la pena el recorrido hasta Praga, tanto en paisajes como por lo pintoresco y especial de los pueblos por los que pasamos. Paramos en un marcado de venta de ropa al peso en el que me compré por cuatro perras un impermeable militar estupendo para las lluvias que aún nos esperaban. Llegamos a Praga y, tras visitar algunos camping en los que no podíamos entrar por la excesiva pendiente de acceso, nos decidimos ir a un camping (Stomtoja)en la orilla del rio y que en realidad era una especie de campamento de entrenamiento para equipos de Kayak, con su canal de aguas rapidas y todo. El camping era muy sencillo pero teníamos electricidad, duchas, wc y mucha tranquilidad y espacio. En total pagamos unos 65 Euros por las tres noches las dos autocarabanas. Al lado del camping había un chiringuito chilout o lo que fuera muy curioso, dispuesto alrededor de un caballo de Troya de madera que servía de barra de bar, almacen y vivienda. Por supuesto aprovechamos su cercanía para tomarnos unas buenas cervezas checas a muy buen precio.

 

        

 

    

   






Dias 9 y 10 de agosto

Dos días dedicados a recorridos por Praga andando, en moto y en tranvía. Dos días de intenso calor (39º) y un sol de justicia, tanto es así que en la zona del palacio había algún camión de riego soltando agua para duchar a los turistas. Para mi Praga es una de las ciudades más bellas de Europa, si no la mas bella. La arquitectura moderna es elegante y majestuosa y está perfectamente combinada con la arquitectura contemporánea. Las torres, puentes y castillos antiguos, bien conservados y restaurados, recuerdan el lejano pasado de Praga. Es una delicia pasear por sus calles, plazas y bulevares, no te cansas de admirar lo que te rodea. La gente es muy amable, los bares y restaurantes, aunque la mayoría no tienen aire acondicionado porque normalmente no lo precisan, son estupendos y encima en casi todos se puede fumar. Aunque yo no soy fumador me parece que la prohibición total es un exceso, ya vale de tanto prohibir, podrían ocupar su tiempo en hacer o modificar leyes más importantes, pero claro eso les haría trabajar más, además de arriesgar su sillón. En fin.....
Con la moto se circula con bastante seguridad porque parece como si existiera una regla no escrita que dictara que hay que dar prioridad al más debil (o pequeño). Así, con esa regla, se comprende que convivan coches, bicis, motos y tranvía por calzadas comunes, sin carriles especiales ni gaitas. Que envidia !!!!!!
¿Que visitar? Todo, todo. Es una pena pasar solo dos días y medio en esta ciudad, pero nosotros volveremos con la guia de bolsillo que llevabamos para ver lo que nos ha faltado y profundizar en lo que hemos visto.



        

      

         

    

       

     

     

      

        

        

       

   
       





       

      

 

     

     

      

     

     

         


       

        

      

 

     

             

                       

         


            

 

 

   

    


              

                 

                  

   

              

              

    


Desde el dia 11 hasta el 24 de agosto

A partir de este punto, dado que el verano del 2016 ya hemos hecho otro recorrido por Europa, y que desde Praga ya se puede considerar que iniciamos el regreso, solo voy a mencionar nuestro paso por Pasau (Alemania) y Mondsee, precioso pueblecito austríaco a orillas del lago de su mismo nombre y próximo a otros, todos ellos descomunales y bellísimos. Desde Mondsee visitamos sus alrededores y la ciudad de Salzburgo  en moto . También pasamos por Insbruck, otra estupenda ciudad alpina de Austria. A partir de alli, poco a poco fuimos haciendo ruta, atravesando los Alpes, pasando por ciudades alemanas, como Friburgo, y de Francia como Estrasburgo y Colmar, e intentando pasar de la forma mas rápida la parte cercana a la costa hasta llegar a España, no sin antes tomar una mariscada en Port Leucate. En total unos casi 8000 Km recorridos en 40 días.




Lago Mondsee

Salzburgo

     

        

     


          


       

         

          

           

           

            





             


Insbruck

           

                                   

               



        


         

Freeburgo

       

         

           


              

              

             

              

Estrasburgo

            

       

         

         

          

          

           

          

          

          

         

           

Colmar

         


            

             

          

          

          

          

Arbois

           

            

            

             


             

             



Pronto y espero que de una forma más continuada, contaré el viaje de este verano que nos llevo hasta el Delta del Danubio, pasando por la Costa Azul, norte de Italia (los Dolomitas), Austria (Viena). Siguiendo el Danubio por Eslovaquia (Bratislava), Hungría (Budapest), Rumanía (12 días muy interesantes), el inmenso Delta, costa del mar Negro de Rumanía y Bulgaria. Continuando por los Balcanes (Serbia, Bosnia) y por la Costa adriática de Croacia. Regresando por Eslovenia, Italia (Alpes mediterráneos) y Francia.